¿Qué hacer?
¿Qué hacer para que la economía vuelva a ser una disciplina científica? ¿Qué hacer para destruir la estructura propagandista que han construido las universidades privadas de los EEUU dentro de la economía? ¿Qué hacer para que no siga declarando como «hallazgos científicos» lo que solo es propaganda liberal sin ningún respaldo? ¿Qué hacer para que no se siga concediendo el Premio Nobel por criterios ideológicos que nada tienen que ver con la ciencia?
Hay tres cosas que es necesario hacer:
- Conceder el Premio Nobel de Economía de manera transparente y democrática.
- Impedir la censura previa de los artículos que se publican en las revistas de economía.
- Cambiar la manera de valorar a los docentes que contratan las universidades públicas .
Tenemos que entender que cuando un pequeño grupo de personas (que además es desconocido) es quién elige a la persona que va a recibir el Premio Nobel, entonces ese pequeño grupo de personas es también quién decide que se presenta dentro de la economía como descubrimiento científico.
Tenemos que entender que cuando el director de una revista de economía es quién decide que artículos se publican y que artículos no se publican, entonces el director de la revista es el que también decide que artículos son científicos y que artículos no son científicos.
Tenemos que entender que cuando una universidad pública contrata a un docente atendiendo a la cantidad de artículos que ha publicado en las revistas de economía, entonces quién ha contratado al docente fue quién le publicó los artículos en las revistas y no la universidad pública, tal y como viene sucediendo en las universidades públicas de todo el mundo.
Cuando entendemos de dónde procede el poder que tienen la Universidades Privadas de los EEUU entonces entendemos por qué la economía ha retrocedido tanto en estos últimos 50 años, ya que son estas universidades privadas las que poseen y controlan las revistas más prestigiosas de economía del mundo. Por lo tanto, si queremos que la economía vuelva a ser una disciplina científica y deje de estar manipulada por unos pocos, será necesario primero cambiar tres cosas:
- El premio Nobel de Economía tiene que concederlo la comunidad científica en su conjunto, con un método semejante al que se utiliza para conceder los Oscar o los Premios Goya. Deben de ser los economistas de todo el mundo los que seleccionen todos los años, por votación abierta y a doble vuelta, a la persona a quién se concede el Premio Nobel. En economía, lo mismo que en el mundo del cine, “un economista cuenta un voto”.
- El proceso de selección al que se someten los artículos de economía antes de ser publicados en una revista tiene que ser abierto y transparente. Tiene que crearse una red de publica de revistas de economía en dónde los economistas puedan publicar sus trabajos sin miedo a ser censurados por criterios ideológicos o porque critican la Doctrina Liberal. Las revistas de economía no solo tienen que se gestionadas de manera pública, también tienen que hacer público el nombre de la persona que juzga un artículo cualquiera, junto con las razones y los argumentos en los fundamenta la decisión de rechazarlo o de admitirlo. Solo de esta manera, podrá juzgar la comunidad de los economistas la pertinencia de la valoración. Los Tribunales Secretos y los jueces anónimos es lo que siempre se ha utilizado para imponer por la fuerza una visión del mundo que favorece a unos pocos.
- El proceso de elección a una plaza docente o de investigación dentro de una Universidad Publica debe de cambiarse por otro más abierto y democrático. El prestigio investigador de un científico, sea en el campo de la economía o sea en cualquier otro campo de la ciencia, no puede estar supeditado a que una revista privada publique o no publique su trabajo, o a que se le cite con más o con menos frecuencia. Tampoco el tiempo de docencia que pasa dando clase en una universidad privada, debe ser tenido en cuenta para acceder a una plaza dentro de una universidad publica. Tiene que arbitrarse un procedimiento para que sea el toda la comunidad científica, que no tiene porque trabajar en el campo concreto del conocimiento que se valora, los que valoren a sus colegas. Comprendemos perfectamente que este es un aspecto que debe de estudiarse con detenimiento, pero creemos firmemente que el actual sistema de valoración científica basada en el número de publicaciones, en el numero de citas, y en el tiempo de docencia es muy endogámico, y permite ser manipulado fácilmente por un pequeño grupo de personas.
Es muy importante entender que la ciencia no puede prosperar en la oscuridad de un Tribunal de Censura que selecciona de manera secreta los artículos que van a ser publicados en las revistas de economía. La mayor parte del poder que tienen las universidades privadas de los EEUU procede del poder de censura que tienen sobre los artículos que se publican en las revistas más prestigiosas de economía. Por eso, obligando a las revistas científicas de economía a ser gestionadas de manera publica, impidiendo que siga utilizando el proceso de selección de los artículos como un Tribunal de Censura, se les privaría a las universidades privadas de los EEUU de la mayor parte del poder que poseen. Tampoco puede prosperar la ciencia cuando el Premio Nobel de Economía lo concede un grupo de personas desconocido por criterios ideológicos desconocidos. Y, mucho menos puede prosperar la ciencia, cuando los investigadores son promocionados atendiendo a la cantidad de artículos publicados en una revista privada o por el tiempo de docencia adquirido en una universidad privada.
El Método Científico se ha basado siempre en la transparencia, la claridad y la critica permanente y sin limitaciones de toda la información que genera la comunidad científica. Porque es ahí, en la critica constante, en dónde se asienta el método científico y la ciencia:
El Método Científico se basa en permitir siempre y sin ninguna limitación la crítica de cualquier idea económica que se propague como científica, se considere cierta o no se considere cierta.
Es de vital importancia para el futuro de la ciencia en general y de la economía en particular, despojar del poder que gozan los claustros de las universidades privadas de los EEUU sobre las revistas científicas, y para ello hemos creado el Instituto de Joan Robinson. Por favor, inscríbete y ayúdanos a restaurar el Método Científico dentro de la disciplina económica, no permitiendo que se la siga utilizando para degradar y condenar a la miseria a los seres humanos: